Ha pasado una semana desde nuestro último blog, pero sí aquí estoy de regreso, no me morí con las lentejas que siempre me caen tan mal. Normalmente no las como, pero ahora ni cuenta me di que había lentejas en ese riquísimo platillo hindú… No me di cuenta sino hasta el día siguiente cuando tuve que correr a… ya saben donde. (Para todos aquellos que aman las lentejas y la comida hindú, les prometo que me voy a robar esa deliciosa receta de mi cuñada y la voy a publicar aquí. Pero no vayan con el chisme, ¿eh?)
Por el momento, tengo algo sencillísimo que les va a encantar:
Champiñones portobello con queso crema
La foto de arriba muestra unos “champiñones portobello” (a lo mejor se llaman diferente donde ustedes viven).
Y la foto de abajo muestra la parte inferior de un champiñón portobello.
Así es como los rebané:
Piqué cebolla y la cociné con un poco de aceite de canola por unos 5 minutos.
Y luego cociné los champiñones, pero estuvieron listos tan rápido (¿2 minutos?) que ni tiempo me dio de tomarles una foto en la sartén.
Este es el resultado final con un poco de queso crema y lechuga:
Ahora, dejadme explicar las razones de nuestra ausencia del blog.
Primero que nada, nos vamos a casar. De cierto modo ya estamos casados, pero eso lo explicaré otro día.
La cosa es que tenemos todas estas invitaciones que entregar. Y antes de entregarlas, necesitamos doblar el sobre (una especie de cajita que Moni diseñó) y poner todo lo necesario dentro de la cajita: la invitación, el mapa, un grabado especialmente diseñado para la ocasión, los boletos, la tarjeta de la mesa de regalos. Moni diseñó todo esto (3 meses de trabajo) y es una de las razones por las que he estado cocinando más que ella. Pero de eso se trata el matrimonio: cuando tengo tiempo, yo cocino y cuando no, ella cocina. Y cuando ninguno tiene tiempo hay una variedad enorme de fondas, restaurantes, comida a domicilio, antojitos, botanas, etc. Aunque nuestra regla no escrita es que eso tiene que ser la excepción y no la regla. Desafortunadamente, con mis parejas anteriores no pude ver la importancia de comer en casa tu propia comida y esas relaciones no prosperaron. Aunque hubo otras razones, por supuesto (quizás cuente más de eso otro día).
Pero antes de poder entregar y mandar todas esas invitaciones, necesitas una lista de direcciones que incluya los nombres y direcciones de todos tus invitados. Es mejor si también tienes los números de teléfono (casa, oficina, celular, etc.) y sus direcciones electrónicas. Nada fácil cuando tratas de encontrar los datos del primo que vive en Querétaro y que hace 10 años no has visto. Un verdadero trabajo de investigación detectivesca que a veces causa sospechas en la gente que contesta el teléfono: “¿Es su primo, seguro? ¿Y si es su primo cómo es posible que no tenga usted su número de teléfono? ¿De veras no me quiere engañar? Usted entenderá que hay que extremar precauciones en estos tiempos de secuestros y narcotráfico…”
Y además tienes que trabajar, ir al banco, a la peluquería, al podólogo, ver a tus hijos, a tus sobrinos, hacer los quehaceres domésticos, sacar al perro a pasear y cocinar, por supuesto. Sí lo sé, soy muy chillón, todos ustedes tienen también mil pendientes y a veces muchas más cosas que nosotros.
Lo que sí sé es que cocinar baja los niveles de estrés, de verdad. Hay algo mágico en tocar y oler los alimentos, escuchar el aceite hirviendo, echar la sal y la pimienta, llorar al picar la cebolla, que el perrito se acerque esperando un poco de jitomate, que la gatita maúlle pidiendo los restos del pescado. Por lo menos, a mí personalmente me sirve de terapia.
No se estresen, cocinen algo sencillísimo y delicioso como estos portobello con queso crema. Bon appétit!
sábado, 28 de noviembre de 2009
Portobello con queso crema (this post is also in English)
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